Volando Bajo |Isabel Soriano

Yo, que me considero socialista practicante, en sentido estrictamente político me parece que la decisión de Rodríguez Zapatero de cerrar Garoña en 2013 es la mejor decisión entre las opciones posibles, sin embargo en sentido estrictamente personal, como socialista de firmes principios me parece una huida hacia adelante. Y me explico...

Garoña caduca en 2011, su vida útil se acaba justo el año de las elecciones municipales y autonómicas y queda peligrosamente cercano a las elecciones generales, el discurso de energía nuclear barata y limpia que utiliza el Partido Popular es simplón y pegadizo, facilon para no tener que esgrimir las neuronas, tanto que consigue hacer la llaga que pretende.

La decisión salomónica ha sido tirar de estrategia moderada, Garoña se cerrará en 2013. En caso de que gane el PSOE las generales, hay tiempo de que el sector pro-nuclear se lama las heridas causadas por el cierre de la atómica, en caso de que el PSOE salga del gobierno en 2012, la pelota estará en el tejado de los Populares. Con respecto al sector antinuclear, la justificación que se les ha dado es casi tan facilona como el discurso del Partido Popular. Su vida sólo se prolonga dos años, mientras se busca la recolocación de los empleados y la reactivación de la zona con alternativas económico-laborales viables.

Sin entrar en el asunto propiamente nuclear, sobre rentabilidad, eficiencia y seguridad, si no en el meramente político, encontramos en el entorno del PSOE un sector que apuesta por su prorroga y así lo han manifestado políticos relevantes dentro del partido, en cambio otro apuesta fuertemente por las energías renovables… Por otro lado, mantener la central abierta decepcionaría a muchos por incumplir una promesa electoral, pero no solo eso, sino que la decisión del futuro de la central, al solaparse en el tiempo con los presupuestos del Estado puede tener coste político muy alto ya que los partidos que estarían dispuestos a apoyar al gobierno en los presupuestos quieren el cierre de Garoña en 2011.

Los que como yo piensan que en la decisión del cierre de Garoña en 2013 hay mas una huida hacia adelante que valentía política, les propongo como es mi caso una nueva reflexión. Ser socialista, apostar por el desarrollo sostenible, tener principios firmes está muy bien, pero para que las políticas socialistas se lleven a cabo hay que gobernar y para gobernar a veces es necesario tener mucha mano izquierda. No es lo mismo decidir en el parlamento que pensar en casa. Garoña se cierra en 2013, la voluntad política es clara, el gesto es inequívoco.