Más brecha salarial y contratos basura

Filed under , , , by Isabel Soriano on 9:15

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Estaréis de acuerdo conmingo en que la independencia personal pasa, invariablemente, por la independencia económica. Y que, sin esta , todo esfuerzo por la realización personal, laboral y social se hace francamente difícil. Evidentemente, la independencia económica viene dada por el trabajo y la retribución que obtengamos por el desempeño del mismo.

Partiendo de esa máxima es fácil diferenciar los grupos de exclusión; inmigrantes, mujeres y jóvenes son los que peor suerte corren únicamente por no haber nacido en España, o por su género o por su edad, pasándose la Constitución Española por el forro del bolsillo.

Es necesario cambiar las actitudes contrarias a la igualdad cultural y social, pero para ello hay que identificar los factores donde se originan y se desarrollan tales actitudes. En el caso de la inmigración observamos que la desigualdad nace de la necesidad de estas personas por recibir un salario para su supervivencia y la de su familia, renunciando a la legalidad y a la protección que esta les proporcionaría. La necesidad se convierte en excusa de demasiados abusos.

La desigualdad por razón de genero pretende desactivar el interés de la mujer por incorporarse a la actividad retribuida, motivo que a su vez da lugar a un injusticia mayor. Una diferencia salarial entre mujeres y hombres de más de un 34 % es intolerable para un país desarrollado, una brecha que no atiende a una diferencia de productividad, sino a la mera discriminación.

Pero es precisamente la desigualdad salarial de los jóvenes la que me llama más la atención, por ser precisamente quienes sufrimos un ataque constante por parte de el sector empresarial. La última ocurrencia de la CEOE (ahora dicen que no era una propuesta seria, ¡vaya! ni nos habíamos dado cuenta) pretendía dejar a los jóvenes españoles sin derechos laborales y sociales hasta los treinta y con un salario por debajo del SMI, ante  tamaña insensatez, queda bastante claro el perfil del trabajador que pretende crear la patronal, ciudadanos con pocos derechos y pocos medios económicos estructuralmente dependientes de la empresa que les explota.

Pretensiones propias de una asociación empresarial arcaica como es la CEOE, escorada es sus posiciones ultraconservadoras, y cuyas propuestas en materia de 'reforma laboral' son tan bien acogidas por sus contemporáneos ideológicos del Partido Popular.

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