Volando Bajo |Isabel Soriano

Me gustaría, desde esta humilde bitácora, mostraros una parte de mi. Mi pueblo, Barranda.
Barranda es una pedanía de Caravaca de la Cruz, de casi novecientos habitantes. Una vez al año, siempre el último domingo de enero, mañana, se desborda por la cantidad de visitantes que recibe. En otras ediciones hasta 12,000 personas acogidas en sus calles y rincones. Admirable la fuerza y el arraigo de 'La Fiesta de la Cuadrillas' de Barranda.

Treinta y dos ediciones cumple este año, declarada de interés turístico regional y con toda seguridad muy pronto también lo será de interés turístico nacional, en ello estamos. Diseminados por sus calles encontramos pequeños escenarios donde las cuadrillas, animeros, pandas, rondas,...venidas desde los más dispares puntos del país se dan cita y hacen la delicias del visitante.

Guitarras, bandurrias, laúdes, panderetas, violines, postizas...son los ingredientes que dan vida a las jotas, a las malagueñas, a las pardicas, etc...la música tradicional, el folclore, los trovos improvisados, la gente que se lanza a bailar como un acto reflejo al oír el primer acorde de la pieza, el sentimiento y  la gracia de los músicos o la picaresca de sus letras son la chispa de una fiesta que cobra más importancia cada edición.

Por supuesto, aprovecho que me estas leyendo para invitarte personalmente a que vengas a descubrirlas y si ya las conoces, entonces a que vuelvas a disfrutarlas.

Sobre el orgullo de esta Barrandera que os habla, pues, como dice la malagueña: 'Barrandera tengo el alma, Barrandero el corazón. Barranderico mi padre y Barranderica yo'.

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Hay titulares que a pesar de ser un tema interesante y serio, dan risa. Y dan risa, porque se pronuncian con tal hipocresía que no se sostienen ni sobre papel que está escrito. La semana pasada tuve ocasión de estar en FITUR en la presentación del Año Jubilar 2010 de Caravaca de la Cruz, mi pueblo. Ese mismo día el diario 'La Opinión' publicaba un especial dedicado a FITUR, donde el concejal de Turismo y Festejos del Ayuntamiento de Caravaca declaraba lo que veis: “ El Ayuntamiento ha realizado un importante esfuerzo para mejorar las infraestructuras y crear un amplio programa cultural y de ocio”. A lo que yo añadiría, se habrá esforzado pero no lo ha conseguido.

Vender humo parece que se ha convertido en la tónica dominante del gobierno municipal del Partido Popular, y derrochar el dinero de todos los caravaqueños un objetivo prioritario, eso si, con el noble objetivo de que el nombre de Caravaca de la Cruz suene, al menos por una vez en los lugares más remotos. In perpetuum, es como quedará en la memoria de los caravaqueños el viaje a New York City, lo que es seguro es que no será al contrario, para desgracia de nuestra inversión.

FITUR es la mayor muestra internacional de turismo, de esta edición podemos decir que Caravaca ocupó una espacio importante, ya que no solo expuso en el pabellón de la Región de Murcia, sino que contó con stand fuera del pabellón en un lugar muy visible. Haciendo más patente si cabe que el  talón de Aquiles del gobierno municipal no es la gestión de la propaganda sino la gestión de los recursos una vez salimos de los trípticos publicitarios y llegamos a la Caravaca real.

Es una pena que siendo como es una Ciudad magnifica, llena de paisajes, patrimonio, historia y posibilidades, estas últimas no se hayan explotado en beneficio de los ciudadanos. Y sea este 2010, exactamente igual de difícil alojarse y sigamos con una oferta cultural tan pobre como en 2003, a pesar de los siete años que han pasado.

Generosa. Es la palabra que define con justicia la actitud de los murcianos, lo hemos comprobado en aquellos lugares de la Región donde Juventudes Socialistas en colaboración con Solidaridad Internacional se han echado  a la calle para llevar a cabo la campaña SOS Haití. Con esta iniciativa perseguimos recaudar fondos para colaborar con el pueblo Haitiano a través de la venta de chocolatinas de comercio justo, 2 € que van destinados a ayudar este país que tanto necesita de la  solidaridad de todos.

'Ayudanos a ayudar' es una ambiciosa campaña de JSE, que ha tenido lugar (y seguirá teniéndolo en los próximos días) a lo largo y ancho de la geografía española. En la Región  de Murcia ha echado a rodar este pasado sábado con una magnifica acogida,  han sigo muchas las agrupaciones y l@s compañer@s que se han volcado con la causa, como mucho ha sido lo recaudado gracias a la solidaridad de los murcianos. A todos, en la parte que me toca...muchas gracias.

Vemos como desde lo sucedido con el empadronamiento, no empadronamiento en Vic, el PP ha decidido izar la bandera de la xenofobia. Lo que no es raro porque la derecha siempre ha despreciado al migrado. Salvo, claro esta, cuando estos suponen una fuente de ingresos importante para las arcas del estado y la demanda de mano de obra los reclama, siempre y cuando eso sí, sean sumisos, entiendan que son ciudadanos de segunda y firmen (según su propuesta electoral) un contrato por el que se someten a ciertas 'reglas de juego' donde por supuesto, el nacional tiene más derechos. Acude de nuevo la derecha española el sentido patrio y a la superioridad de la 'raza' nacional que tanto recuerda al Tercer Reich.

Con este panorama es bueno recordar que en 1997, Mariano Rajoy, a la sazón Ministros de Administraciones Públicas, firmó una resolución por la que obligaba a empadronar a todos los inmigrantes, todos, independientemente de su situación legal. Pero claro, eran otros tiempos, había trabajo en abundancia y se dejaban explotar al gusto del señorito. Otra cosa es la situación actual, donde el paro azota con dureza el país. Y con esta tesitura, cualquier parado o familiar de un parado cae con facilidad en la trampa de las consignas del Partido Popular de 'los inmigrantes nos quitan el trabajo', o 'aquí no cabemos todos'. Demagogia barata, porque los datos nos muestran un realidad bien distinta, la tasa de paro en los inmigrantes alcanza el 30%, esto es, 12 puntos porcentuales por encima de la tasa de paro en los nacionales.

Así que echando mano del pragmatismo, debemos hacer uso de la ley, dejar claro que los ayuntamientos están obligados a empadronar, porque el padrón permite conocer, en función de su población real, las necesidades de cada pueblo o ciudad en lo que a seguridad ciudadana, servicios médicos o educativos, infraestructuras, etc...se refiere. Por otro lado otorga derechos fundamentales, como el de la sanidad o la educación. Negar estos derechos a un ser humano no sólo les aboca a la marginalidad, sino que supondría no reconocer un derecho fundamental recogido en la Constitución Española.